La píldora anticonceptiva funciona porque rompe el equilibrio del ciclo reproductivo que se lleva a cabo cada mes en el cuerpo de la mujer. La pastilla le indica a la hipófisis que no necesita más hormonas porque ella se las está dando, y con eso el ovario deja de producir ovarios.
La dosis de hormonas sustituye las que produce el ovario y bloquea los mecanismos que hacen que la mujer está fértil. Esta sigue teniendo reglas porque siempre hay un suministro de hormonas que hacen que se engruese el endometrio, y la descamación de este es lo que sale con cada período.
Se puede hablar de un 99% de seguridad. La píldora actual contiene menos estrógenos que la de hace 30 años y con ello se han reducido muchos efectos secundarios. Algunos efectos positivos de los anticonceptivos orales o inyectados son que los períodos menstruales se regulan, las reglas dejan de ser dolorosas y se disminuye la posibilidad de desarrollar una anemia.
Por otro lado, en algunas mujeres se da aumento de peso, náuseas y dolor de cabeza. Según la calidad del progestageno serán efectos como cambios de estado de ánimo, susceptibilidad e irritabilidad. Las píldoras contienen estrógeno sintético. El más potente que existe, y eso puede provocar modificaciones en factores de coagulación de la sangre y presión arterial.
Por eso no se recomienda a quienes tienen várices o fuman, pues el riesgo de infarto se aumenta mucho.
